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Un Papá de quien aprendemos todo

Por: Paulo Llanco
Pastor

Cuando uno es niño mira a su padre como un héroe. Alguien que defiende a la familia. Es fuerte, admirable. Es decir esto sucede cuando se habla de una familia regularmente normal. La mayoría de familias en el país, o digamos de niños o niñas no tienen la compañía del padre desde una edad muy temprana. Muchos de ellos son criados solo por sus madres o familiares.
¿Cómo puedo decirle a uno de estos pequeños que celebremos el día del padre?. Muchos de ellos y ellas sienten rencor por la figura del padre. Para ellos es difícil decir la oración de Jesús: “Padre Nuestro”. El término Padre no les dice nada. Solo les recuerda a olvido, rencor, maltrato e indiferencia.

Jesús al enseñar la oración, de la que hoy llamamos “padre nuestro” cambiaba la manera de dirigirse a Dios, que en ese tiempo tenían por costumbre los judíos. Ya no era un ser divino lejano sino cercano. Ya no era visto como un Dios poderoso que aplasta al pequeño, sino como un Dios cariñoso, solidario, cercano y protector, en el que usaba su poder. El es nuestro Padre porque descendemos de él, somos sus hijos, y como tales tenemos derechos. No es un Padre que nos ha abandonado sino que ha dado a su hijo Jesucristo para restaurarnos. No quiere nuestro mal sino darnos su perdón y Salvación. Por eso habló de la Parábola del hijo pródigo. En la historia el Padre nunca perdió las esperanzas de que su hijo regresara. Lo espero y lo perdonó.


Todas las enseñanzas de Jesús cobraron fuerza porque él reflejó del Padre a la humanidad, a la gente común y corriente. Se acercó a la gente, tuvo misericordia de ellos, en una oportunidad sintió compasión por la multitud porque caminaban como ovejas sin pastor. Tenemos mucho que aprender de las actitudes de Cristo, para aprender a ser padres. Cristo reflejó al Padre, el que me ha visto a mi ha visto al Padre, dijo. Yo y el somos uno, agregó. Maravilloso.Si tú eres hijo entiende a tu Padre, piensa que él no estudió para ser Padre. No estuvo preparado para ser Padre. Necesita del amor de Dios para dar amor. Si tu eres Padre, piensa como hijo, siente y recuerda como hijo y aprenderás a ser mejor padre. Piensa que necesitas también del amor de nuestro Padre celestial mostrado a través de Jesucristo. Su perdón nos da paz, y la paz nos permite convivir mejor con quienes amamos. Hijos y Padres.

Es de nuestro Padre Celestial de quien aprendemos Todo.

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SOBRE LA SANGRE DERRAMADA

22:2 Dile: "Oíd palabra de Jehová, rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David, tú, tus siervos y tu pueblo que entra por estas puertas.


22:3 Así ha dicho Jehová: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de mano del opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.


22:4 Porque si efectivamente obedecéis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, sus criados y su pueblo.

22:5 Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa quedará desierta"".


JEREMIAS 22:2-5

Habacuc 2:12 ¡Ay de ti, que construyes tus ciudades
sobre la base del crimen y la injusticia!

Hab 2:13 El Señor todopoderoso
va a hacer inútil tu trabajo y tu fatiga,
pues todas tus obras
serán destruidas por el fuego


Versión DDHH

OREMOS POR LAS FAMILIAS DE AQUELLOS QUE MURIERON EN EL CONFLICTO EN BAGUA-AMAZONAS. PERÚ

POR NUESTROS HERMANOS INDIGENAS DEL AMAZONAS

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¡Nacer de nuevo!

"La oruga muy hambrienta" es un libro maravilloso de Eric Carle. La historia comienza con un huevito en una hoja a la luz de la luna. En la mañana de un domingo, salió el sol caliente y -¡pop!-del huevito salió una oruga muy hambrienta. Comenzó a comer y comer y comer pero todavía sentía hambre. Finalmente, ¡había comido tanto que tenía dolor de barriga! El día siguiente era domingo nuevamente. La oruguita comió parte de una hoja verde y su estómago se sintió mucho mejor. Construyó una casita pequeña, llamada crisálida, alrededor de sí y allí se quedó por más de dos semanas. Entonces hizo un rotito en la crisálida y se empujó hacia afuera. ¿Adivina qué? Ya no era una oruga sino una bella mariposa.
El cuento de "La oruga muy hambrienta" me recuerda una historia de un hombre de nuestra lección bíblica de hoy. Es la historia de un hombre que llevaba el nombre de Nicodemo.
Nicodemo era un hombre muy religioso y era líder de los fariseos. Pasaba mucho tiempo estudiando las Escrituras, pero todavía habían muchas cosas que no entendía.
Nicodemo vino muy tarde en la noche a ver a Jesús porque estaba hambriento. No, no estaba buscando una merienda de por la noche, estaba hambriento de la comida espiritual. Estaba hambriento por la verdad acerca del Reino de Dios. Él vino a Jesús porque tenía preguntas y sabía que Jesús tendría las contestaciones.
"Maestro", le dijo a Jesús Nicodemo, "sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Nadie puede realizar los milagros que haces si Dios no estuviese con él.
Jesús le contestó: "De cierto te digo, a menos que nazcas de nuevo, no verás el Reino de Dios".
"¿Qué quieres decir?", exclamó Nicodemo. "¿Como puede un hombre nacer de nuevo?"
Jesús comenzó a explicarle a Nicodemo que una persona es "nacida de nuevo" cuando el Espíritu Santo entra en su corazón. "Los humanos pueden reproducir la vida humana, pero el Espíritu Santo da nacimiento a una vida espiritual. Así que no te sorprendas cuando digo 'Tienes que nacer de nuevo'".
¿Cómo pueden ser posibles estas cosas?", Nicodemo preguntó rascándose la cabeza.
Piensa acerca del cuento de "La oruga muy hambrienta". Cuando salió de su crisálida, no era una oruga mejorada, ¿no es cierto? No, era una nueva creación... ¡una mariposa! Así es cuando le permitimos a Dios entrar a nuestro corazón. No sólo nos hace una mejor persona... ¡nos hace una nueva persona!Padre celestial, te alabamos porque en Cristo Jesús somos creados nuevamente, ¡lo viejo ha pasado, lo nuevo ha llegado! En el nombre de Jesús oramos. Amén

Basado en el texto de Juan 3:1-17

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