Les comparto un breve testimonio de la modelo Laura Krauss Calenberg quien trabajó en la conocida agencia de modelos Christian Dior. Ella nos habla de como el concepto de belleza que tiene la mayoría de mujeres es producto de la influencia de la sociedad cada vez más superficial y le trajo muchos problemas.
por: Laura Krauss Calenberg:
¿Cuál es tu idea de la belleza? ¿Qué cambiarías de ti si pudieras? Cuando comenzé mi carrera con Christian Dios en París a los 19 años, mi idea de la belleza era lo que otros pensaban de mí. Si la gente me aprobaba y me buscaba para darme trabajos de modelaje, entonces mi conclusión era que debo
ser bella. Mi lógica era que si estaba trabajando y tenía éxito entonces debía
ser bella. Era un patrón de pensamiento peligroso porque estaba basando mi AUTOESTIMA en lo que otros pensaban de mí.Otra manera en que me sentía segura de mi belleza era por los hombres a quienes atraía. Dado que muchos hombres bien parecidos, inteligentes, y exitosos, me buscaban, entonces yo me sentía bella. Yo era popular y tenía muchos amigos.
Al crecer mi éxito más personas me reconocían, y era muy fácil ser invitada a todo tipo de fiestas e ir a donde yo quisiera. Debía ser bella, si tenía todos estos amigos e iba a todos estos
Al crecer mi éxito más personas me reconocían, y era muy fácil ser invitada a todo tipo de fiestas e ir a donde yo quisiera. Debía ser bella, si tenía todos estos amigos e iba a todos estos
lugares.Como resultado, me convertí en una persona egocéntrica viviendo una vida egocéntrica. La mayor parte de mi tiempo me ocupaba de mí misma y preocupándome por mí.
Mi vida entera estaba enfocada en mi peso y en mi cabello y mi ropa y en general en mi apariencia y ser atractiva.También me obsesioné en trabajar. Trabajaba siete días a la semana porque sabía que nada estaba garantizado - podía quedarme sin trabajo al día siguiente. Mi apariencia podía cambiar cualquier día, así es que debía aceptar todo trabajo.
Trabajaba en Alemania durante el día y volaba a París a trabajar esa noche y regresaba a Alemania en la mañana.El resultado fue que me agoté y enfermé. Un día me desmayé durante una sesión de fotos y me lastimé la rodilla. Tuve que permanecer en cama por primera vez en mi carrera.Pero un día, al estar confinada a mi cama y sin poder trabajar, empezé a reflexionar sobre mi vida y a cuestionar mis valores e ideas acerca de la belleza y del tipo de persona que había llegado a ser interiormente.
Me dí cuenta de que mis ideas sobre la belleza eran inadecuadas. Sabía, por ejemplo, que mi apariencia cambiaría.Mis portadas y "hojas arrancadas" (las fotografías mías que había arrancado de las revistas) pasaban de moda rápidamente. Había trabajado muy duro para lograr que esas fotos salieran en las revistas, y mi agencia no quería tenerlas en mi portafolio más de seis meses porque en ese tiempo el estilo ya no estaba de moda! Constantemente tenía que mantenerme al día.
También descubrí que ganar tanto dinero siendo tan joven era maravilloso, pero que la responsabilidad de administrarlo era abrumadora. También me llevó a cuestionarme por qué las personas se sentían realmente atraídas a mí. Si luciera diferente o hiciera algo diferente o tuviera menos dinero, ¿me seguiría amando mi novio por quien soy yo?En mi reflexión pensé en una ocasión en Indiana, donde crecí, cuando un evento significativo había sucedido en mi vida. Al "buscar el amor en los lugares equivocados", como dice la canción, algo bueno sucedió, pues un compañero de la escuela me invitó a un concierto en su iglesia. Yo acepté porque la mitad del grupo de adolescentes eran muchachos, y la iglesia era muy grande, así es que pensé que sería divertido.
Yo creía que no tenía necesidad de Dios en mi vida. ¿Para qué? Mis papás estaban divorciándose. Su fe no les ayudaba mucho.
Pero, durante el concierto, además de la música escuché un mensaje que me tocó. Al final del concierto los músicos nos dijeron que tenían unas buenas noticias que compartirnos. Pensé que nos iban a contar de su primer contrato para grabar un disco o algo así. Pero las noticias que nos dieron fueron que Dios nos ama.
Hablaron de una relación con Dios a través de Jesucristo. Describieron cómo Dios me ama incondicionalmente y que por eso El envió a su único Hijo a morir en la cruz por mis pecados. ¡Wow!, pensé, ¡una relación de amor incondicional! No me costó ningún trabajo admitir que había hecho cosas equivocadas en mi vida, que no había sido lo que Dios quería que yo fuera. Los músicos explicaron que yo no tenía que ganarme a Dios. No necesitaba nada para recibir de Dios su regalo de amor y perdón en Jesucristo.
Esa noche hize una breve oración pidiéndole a Cristo que me perdonara y me cambiara. Le dije que viviría por Él y le serviría con mi vida. Le invité a venir a mi vida para comenzar una relación conmigo.Pero, durante el concierto, además de la música escuché un mensaje que me tocó. Al final del concierto los músicos nos dijeron que tenían unas buenas noticias que compartirnos. Pensé que nos iban a contar de su primer contrato para grabar un disco o algo así. Pero las noticias que nos dieron fueron que Dios nos ama.
Hablaron de una relación con Dios a través de Jesucristo. Describieron cómo Dios me ama incondicionalmente y que por eso El envió a su único Hijo a morir en la cruz por mis pecados. ¡Wow!, pensé, ¡una relación de amor incondicional! No me costó ningún trabajo admitir que había hecho cosas equivocadas en mi vida, que no había sido lo que Dios quería que yo fuera. Los músicos explicaron que yo no tenía que ganarme a Dios. No necesitaba nada para recibir de Dios su regalo de amor y perdón en Jesucristo.
Trabajaba en Alemania durante el día y volaba a París a trabajar esa noche y regresaba a Alemania en la mañana.El resultado fue que me agoté y enfermé. Un día me desmayé durante una sesión de fotos y me lastimé la rodilla. Tuve que permanecer en cama por primera vez en mi carrera.Pero un día, al estar confinada a mi cama y sin poder trabajar, empezé a reflexionar sobre mi vida y a cuestionar mis valores e ideas acerca de la belleza y del tipo de persona que había llegado a ser interiormente.
Me dí cuenta de que mis ideas sobre la belleza eran inadecuadas. Sabía, por ejemplo, que mi apariencia cambiaría.Mis portadas y "hojas arrancadas" (las fotografías mías que había arrancado de las revistas) pasaban de moda rápidamente. Había trabajado muy duro para lograr que esas fotos salieran en las revistas, y mi agencia no quería tenerlas en mi portafolio más de seis meses porque en ese tiempo el estilo ya no estaba de moda! Constantemente tenía que mantenerme al día.
También descubrí que ganar tanto dinero siendo tan joven era maravilloso, pero que la responsabilidad de administrarlo era abrumadora. También me llevó a cuestionarme por qué las personas se sentían realmente atraídas a mí. Si luciera diferente o hiciera algo diferente o tuviera menos dinero, ¿me seguiría amando mi novio por quien soy yo?En mi reflexión pensé en una ocasión en Indiana, donde crecí, cuando un evento significativo había sucedido en mi vida. Al "buscar el amor en los lugares equivocados", como dice la canción, algo bueno sucedió, pues un compañero de la escuela me invitó a un concierto en su iglesia. Yo acepté porque la mitad del grupo de adolescentes eran muchachos, y la iglesia era muy grande, así es que pensé que sería divertido.
Yo creía que no tenía necesidad de Dios en mi vida. ¿Para qué? Mis papás estaban divorciándose. Su fe no les ayudaba mucho.
Pero, durante el concierto, además de la música escuché un mensaje que me tocó. Al final del concierto los músicos nos dijeron que tenían unas buenas noticias que compartirnos. Pensé que nos iban a contar de su primer contrato para grabar un disco o algo así. Pero las noticias que nos dieron fueron que Dios nos ama.
Hablaron de una relación con Dios a través de Jesucristo. Describieron cómo Dios me ama incondicionalmente y que por eso El envió a su único Hijo a morir en la cruz por mis pecados. ¡Wow!, pensé, ¡una relación de amor incondicional! No me costó ningún trabajo admitir que había hecho cosas equivocadas en mi vida, que no había sido lo que Dios quería que yo fuera. Los músicos explicaron que yo no tenía que ganarme a Dios. No necesitaba nada para recibir de Dios su regalo de amor y perdón en Jesucristo.
Esa noche hize una breve oración pidiéndole a Cristo que me perdonara y me cambiara. Le dije que viviría por Él y le serviría con mi vida. Le invité a venir a mi vida para comenzar una relación conmigo.Pero, durante el concierto, además de la música escuché un mensaje que me tocó. Al final del concierto los músicos nos dijeron que tenían unas buenas noticias que compartirnos. Pensé que nos iban a contar de su primer contrato para grabar un disco o algo así. Pero las noticias que nos dieron fueron que Dios nos ama.
Hablaron de una relación con Dios a través de Jesucristo. Describieron cómo Dios me ama incondicionalmente y que por eso El envió a su único Hijo a morir en la cruz por mis pecados. ¡Wow!, pensé, ¡una relación de amor incondicional! No me costó ningún trabajo admitir que había hecho cosas equivocadas en mi vida, que no había sido lo que Dios quería que yo fuera. Los músicos explicaron que yo no tenía que ganarme a Dios. No necesitaba nada para recibir de Dios su regalo de amor y perdón en Jesucristo.
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