ENTRE EL DICHO Y EL HECHO HAY MUCHO TRECHO

Una frase popular nos revela que mucha gente anuncia y proclama una idea de comportamiento que nunca lo hace y finalmente nunca se nota en su vida diaria.

Uno de los temas permanentes en Jesús justamente era el enfatizar la práctica de aquella demanda del reino de Dios. Que a muchos no les gusto pero Jesús tuvo que enfatizarlo.

Este mensaje de Jesús que tanto recordamos en semana santa, no es un mensaje de comodidad en la sociedad actual, sino un mensaje que inquieta, que te mueve el corazón, que cambia, que confronta pero de verdad.

Así como nos muestra el evangelio de Juan es un mensaje que va en contra de lo que exige actualmente nuestra sociedad de consumo y competencia. Una sociedad que te hace ver al otro como tu “competidor”, alguien quien amenaza tu puesto de trabajo.

En el evangelio de Juan 13:1-17 nos muestra un mensaje de amor en relación a nuestro prójimo.

El mundo establece “categorías” entre uno y otro ser humano que nos aleja cada día más de esa relación fraternal, Jesús abre el camino de una relación profunda en la que se rompe categorías humanas y establece una relación de SERVICIO el uno al OTRO.

Miremos por ejemplo a sus discípulos: ellos no querían que su "maestro" les lave los pies. ¿por qué?. Si nos colocamos en la mentalidad de los discípulos seguramente se les había enseñado que en las "categorías" sociales el maestro es superior al alumno. Los Fariseos, Escribas y sacerdotes del templo les habían enseñado, con su comportamiento también, que a ellos hay que "respetarlos".

Ya Jesús los criticó: "todo lo hacen para que la gente los vea. Les gusta llevar en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas tiras, y ponerse ropas con grandes borlas. Quieren tener los mejores lugares en las comidas y los asientos de honor en las sinagogas, y desean que la gente los salude con todo respeto en la calle y que los llame maestros. Pero ustedes no deben pretender que la gente los llame maestros, porque todos ustedes son hermanos y tienen solamente un Maestro. y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo. Ni deben pretender que los llamen guías, porque Cristo es su único Guía" (Mateo 23:5 al 10).

En el lavado de los pies de Jesús a sus discípulos les muestra una nueva actitud que rompe ese pensamiento egoísta, esa actitud con la que debemos actuar frente a nuestro prójimo. "El más grande entre ustedes debe servir a los demás" (Mateo 23:11).

No fue una improvisación para llenar su mensaje, no fue algo que en el momento se le ocurrió para llamar la atención. Es su mensaje de amor y humildad que se repite en sus diferentes presentaciones públicas.

Su máxima muestra de amor lo ejecuta en la cruz, dio su vida por nosotros. El nuevo Pacto establece esa nueva relación, una nueva mirada entre la sociedad. Ese encuentro personal con Cristo debe producir estas nuevas actitudes.

Bajo esta visión de la nueva vida en Cristo, él nos dice: "Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis" (v. 17). ¡Aleluya! El Señor nos garantiza la felicidad, si así lo hacemos. Mientras el éxito para el “mundo” está en la acumulación de riquezas, para el Señor no.

No se trata entonces simplemente de acumular una serie de actos religiosos, sino de actuar frente a mi prójimo de una manera humilde, de SERVICIO, de no creernos superior al otro, ya sea por nuestro conocimiento, edad, cargo y otra "categoría" que nos divide más.

Cada vez que leo y releo los evangelios, me doy cuenta que no se habla de jerarquías, o de enfatizar nuestra religiosidad como garantía de éxito. Habla de hermandad, de ver a los demás como a nosotros mismos, de igual a igual. No es un invento mío sino el sentir del evangelio del Reino de Dios.

Quien despierta ese sentimiento de fe y amor es su sacrificio en la cruz por cada uno de nosotros, es su Espíritu Santo quien abre nuestros corazones para llenarnos de su amor.

Fijémonos dónde enfatizamos nuestras actitudes, nuestra fe, nuestro comportamiento, nuestra enseñanza en todos los ámbitos de nuestra vida diaria.

Pastor Paulo Llanco