Basado en el evangelio de Marcos 3,20-35
Los principales opositores de Jesús levantaron falsos comentarios en contra de él. Sentían que perdían autoridad sobre el pueblo, puesto que mucha gente seguía a Jesús. Decían: “se ha vuelto loco” “Beelzebú, el propio jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos” “tiene un espíritu impuro”. Las acciones negativas de los escribas en contra de Jesús estaban basadas en envidias y celo por su posición.
Cuando el evangelio empieza a desarrollarse en las personas, el principal enemigo de Dios quiere minar ese desarrollo.
La primera manera es atacar al mensajero. En este caso Jesús es el mensajero. Y alrededor de él quieren levantar falso testimonio desde la “voz autorizada” religiosa que tenían los escribas entre el pueblo judío. Sus falsas acusaciones carecían de lógica y sentido común. Es el mismo Jesús quien los confronta para desbaratar sus mentiras. Esos comentarios estaban en contra de la voluntad de Dios. Ir contra el mensajero que estaba levantando la obra de Dios apuntaba a destruir el ministerio de Jesús.
Jesús pone en evidencia sus mentiras porque va contra toda lógica “"¿Cómo puede Satanás expulsar al propio Satanás? (Mr. 3,23). En otras palabras le pide a la gente usar la razón ante las acusaciones sin sentido y sin argumentos que dañan el ministerio de la proclamación del evangelio.
Estos malos comentarios sin son asumidos por la gente como real pueden llevarles a tomar malas decisiones. Aun los religiosos estaban cegados por su investidura, pensaban que tenían toda la autoridad para calificar a Jesús, condenarlo y dejarlo en ridículo. Los escribas quienes proyectaban una imagen de “eruditos”, caían en un nivel de calumnia intencional y sin sentido. Hasta los propios familiares de Jesús habían creído tal calumnia. Y decidieron, sin comprobar nada, que era necesario llevárselo de ese lugar porque habían escuchado que estaba loco (Mr. 3:21).
Entonces en ese contexto del que nos habla el evangelio de Marcos Jesús afirma que son su madre, su hermana y hermano aquellos que hacen la voluntad de su Padre. En ese momento su madre y hermanos querían llevárselo creyendo en las mentiras de los escribas. Esa no era la voluntad de Dios, creer mentiras, calumniar al prójimo y evitar el desarrollo de la misión. Esa no es la voluntad de Dios. Tampoco es la voluntad de Dios tomar decisiones en base a la envidia y celos personales. Asuntos bastante claros que se presentan en este texto bíblico. La voluntad principal de Dios es amarlo de todo corazón y al prójimo también (Marcos 12:33).
Recordemos que en los versos anteriores a este texto Jesús enfrenta las acusaciones de los religiosos de su tiempo sobre su ministerio. Ellos querían destruirlo porque él hacia cosas que ellos no podían hacer o se sentían amenazados de perder autoridad. Llenos de envidia y celos.
Hoy nuestro amado Dios nos llama a experimentar el gozo de servirle con un corazón lleno de fe, amor, paz y esperanza. Cuando el Señor entra a tu corazón no hay lugar para envidias, celos o rencillas. Su Espíritu Santo nos renueva cada día cuando nos dejamos guiar por él y guiamos a su iglesia. Así el evangelio crece entre nosotros. Por eso esa es la voluntad de Dios y no de los hombres “religiosos” que se sentían poderosos.
Rev. Paulo LLanco
Pastor
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