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Isaías 52:7-10; llama entre las ruinas de Jerusalén para dar gracias por la venida del Señor, porque el pueblo de Dios está regresando a su tierra natal para reconstruirlas. En los últimos meses y años, sabemos como se sienten muchas personas en diferentes países del mundo en el que han ocurrido tragedias como Haití, Japón, México, Estados Unidos, Perú entre otros. Vemos las casas y pueblos en ruinas por las inundaciones, terremotos, huracanes, nevadas masivas de supertormentas, tornados, incendios, sequías, inestabilidad económica, u otros medios. Algunos pueden haber experimentado la alegría de la gente que vuelve a reconstruir e iniciar de nuevo sus vidas. La salvación de Dios en la restauración de Jerusalén son modelos de salvación de Dios en la restauración de comunidades destruidas en todo el mundo hoy en día.
Tomemos en cuenta la primera llamada del profeta cual es regocijarse en medio de las ruinas. Como discípulos de Jesús, en el Dios-con-nosotros, somos parte del camino: "santo brazo de Dios está desnudo", y la salvación de Dios se hace conocida con alegría en toda la tierra (versículo 10). Entonces, ¿cómo te ha ayudado a proclamar las buenas nuevas y regocijarte en medio de las ruinas en el lugar en el que vivess? ¿Y qué ha hecho usted o la gente en su congregación o comunidad para ayudar a reconstruir las vidas de otros de cerca o lejos?. Piense en historias o anuncios e imágenes de muchos esfuerzos de reconstrucción en el mundo. Cuando uno reconstruye hay ESPERANZA. Comparte esto con una persona cercana que se siente mal.
El texto completo de
Hebreos 1:1-4 (5-12) habla con extensión acerca de Jesús quien es el sello ("carácter" en griego) de la "esencia última de Dios" (hipóstasis, en griego) y muy superior a los ángeles. Jesús es Dios con nosotros, sumo sacerdote que hace la purificación para nosotros, creador de todos los mundos y el rey de todo, gobernando con el cetro de su justicia. Las imágenes aquí no son en absoluto los de un bebé indefenso, sino de un Dios poderoso y justo.
Usted puede hacer estas dos lecturas tres veces, les invitamos sobre la primera lectura de Isaías a darse cuenta de una o dos imágenes o declaraciones que más les llama la atención. Durante la segunda lectura, escuche atentamente con estas imágenes en la mente para ver qué más puede oír. Y en el tercero (evangelio de Juan), les pido que escuchen lo que Dios les está pidiendo que hagan lo que están oyendo. Deje tiempo para el silencio (al menos 60 segundos) entre lecturas.
Juan 1:1-14 ofrece el corazón de la buena noticia para hoy, que la Palabra de Dios fue Dios desde el principio, y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros en Jesús. Si las historias de nacimiento son "historias de la noche", alrededor de un pesebre en la noche, con pastores o sabios o una estrella, éste es definitivamente una historia crepuscular, la luz que brilla en el rostro de la oscuridad. La luz en el crepúsculo parece desvanecerse durante un tiempo, pero no se supera en última instancia. En su lugar, se transforma de una luz (el sol) a miles de millones de luces (la luna, los planetas y las estrellas).
Como el salmista dice, todo el universo declara la gloria de Dios (Salmo 19:1). Al caer la tarde en este día y todos los días, profesamos que, efectivamente, esa gloria ha venido entre nosotros en el rostro de Jesucristo, incluso en el borde de nuestra oscuridad.
Una de las formas que a menudo la lectura de Juan se ofrece es para empezar en la oscuridad con la luz de una sola vela, y luego aumentar gradualmente la iluminación a plena luz en la línea "hemos visto su gloria, como de la de sólo hijo unigénito de Dios." Cuando la persona esta en la oscuridad de su pecado piensa que no tiene salida, pero estas Palabras de Dios, llenas de esperanza, nos indican el camino. Hay una buena noticia. Jesús se ha acercado para darnos su Salvación para sacarnos de la oscuridad, nace como una luz pequeña pero que después ilumina toda su vida.
Que este tiempo la luz de Cristo, que vino para iluminar su vida, alegre su vida, lo llene de esperanza en medio de tanta tragedia, ya sea desastres naturales o tragedias sociales como matanza de niños entre otras. Digamos con mucho fervor "hemos visto su gloria". Nuestra vida sea el reflejo de Cristo hacia el mundo, un testimonio vivo del amor de Dios, que él reconstruya su vida, con su poder, su justicia y amor. Feliz Navidad a todos y todas!
Paulo Llanco Zavaleta
Pastor
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